El Birkin, junto con el Kelly, es uno de los bolsos más codiciados del mundo por su prestigio como objeto de lujo y se ha convertido en una auténtica leyenda del glamour y la moda. Pertenece a la prestigiosa firma Hermès, que los fabrica en Francia totalmente de forma artesanal: el mismo artesano elabora toda la pieza a mano. La lista de espera para adquirir un Birkin puede alcanzar los 2 años, ya que la demanda supera el ritmo de producción. Y el precio, dependiendo de los materiales, ha llegado a superar los 100.000 dólares. Hermès los fabrica en cinco tamaños diferentes y en una variada gama de colores y distintos tipos de piel: Togo, Taurillon Clemence, avestruz, cocodrilo... Los componentes metálicos del Birkin suelen ser de paladio, pero se pueden encargar de oro, de rutenio, etc., y hasta con diamantes incrustados.
El nacimiento del Birkin, que toma su nombre de la actriz y cantante inglesa Jane Birkin, tuvo su origen en una simple anécdota. El azar quiso que en los años 80, Jane Birkin y Jean-Louis Dumas, presidente entonces de la firma, fueran compañeros de asiento durante un vuelo. Birkin, que llevaba un bolso repleto de cosas que comenzaron a caerse en un momento dado, se quejó de que no encontraba un modelo adecuado en el que poder meter todas sus pertenencias. Dumas se ofreció, con las indicaciones de ella, a crear un bolso lo suficientemente grande como para “transportar su casa”, pero con un diseño bonito y que cumpliera con los estándares estéticos y de calidad que exige la firma. Y así nace en 1984 el mítico bolso Birkin.